No sé quien dijo ni donde he oido la farandulera frase, "Lo que Dios me ha negado, la cirugia me lo ofrece", ja ja ja!, hay múltiples rasgos que por suerte no podemos obtener de ella y son capaces de realzar la belleza exageradamente.
Es un verdadero placer tener la oportunidad de rodearte de gente capaz de ofrecer grandes virtudes en una simple conversación. Ante la suerte de disfrutar de semejante exhibición, hay varias reacciones; hay quien se detiene en valorar su esencia y quien oye sea lo que sea.
Forjar una personalidad como si de un Frankenstein se tratara, es complicado pero muy enriquecedor y aunque parezca mentira, no está al alcance de todos. Suena topicazo, pero es tan real... que dá miedo.
Ilustración Isabel Samara